No es la primera vez que aquí os hablo
sobre mi “admiración” por la flora silvestre que nos rodea (casi sin que nos
demos cuenta), es por esto que disfruto de cualquier acción, o descripción, que
la ennoblezca.
Aquí va un pequeño apunte sobre
el monográfico de la revista Métode, (editada por la Universidad de
Valencia) titulado “Herbari: viure amb les plantes”. En él están presentes diversos ensayos que abordan
de forma novedosa y muy enriquecedora el estudio de distintas especies “vulgares”
(silvestres o cultivadas) pertenecientes al entorno valenciano.
Sus autores son Daniel Climent y Ferran Zurriaga.
Además de las características
botánicas de estas plantas, sus autores recopilan aquellos aspectos -no tan comunes- que las hacen, si
cabe, algo más especiales. Referencias literarias o mitológicas, aspectos
relativos a su nomenclatura o a sus usos más tradicionales... Una mezcla, pues, de
aspectos sociales y culturales, sabiduría
popular y conocimientos científicos.
Os ofrezco un resumen de las
peculiaridades mencionadas en el monográfico sobre la zarza (no voy a extenderme demasiado en sus características botánicas, por tratarse de un arbusto que seguro conocéis muy bien) y añadiendo, si me lo permitís, alguna idea personal sobre la misma:
Rubus ulmifolius
La zarza es un arbusto espinoso
de la familia de las rosas que crece de forma enmarañada formando en su conjunto (y cito directamente de la revista) "vallas o setos tan barrocamente intrincadas como impenetrables, en la
medida que pocas pieles son capaces de resistir las peligrosas gumías de la
zarza. Por eso, estas vallas –de hasta tres metros de altura y un
espesor incluso mayor– sirven de nido a pequeñas aves como la carruca zarcera, Sylvia communis, que
encuentra un refugio tan adecuado como disuasivo."
Otra curiosidad muy interesante: "al llegar la primavera, la zarza se transforma en una planta móvil: si la registráramos a «cámara rápida» [fotografía a intervalos y proyectado como una película] veríamos que los turiones operan como exploradores que investigan el entorno mientras escriben, con pausada caligrafía aérea, el deseo de encontrar el soporte apropiado para sus ansias expansionistas. Aunque el movimiento no es perceptible a simple vista, es mucho más rápido que el de la mayoría de las plantas y ¡puede llegar a los cinco centímetros diarios!"
Otra curiosidad muy interesante: "al llegar la primavera, la zarza se transforma en una planta móvil: si la registráramos a «cámara rápida» [fotografía a intervalos y proyectado como una película] veríamos que los turiones operan como exploradores que investigan el entorno mientras escriben, con pausada caligrafía aérea, el deseo de encontrar el soporte apropiado para sus ansias expansionistas. Aunque el movimiento no es perceptible a simple vista, es mucho más rápido que el de la mayoría de las plantas y ¡puede llegar a los cinco centímetros diarios!"
Y con respecto a las moras: "Plinio el Viejo interpretaba (a las moras),
allá por el siglo I d.C., como una especie de compensación moral de la
naturaleza, que «…no generó zarzas solo por maldad, sino que les dio las moras
como alimento de los hombres» (Naturalis
Historia Liber, xxiv: lxxiii: 117)"...
Dios se aparece a Moisés en la zarza ardiente ( Éxodo III,1 6). Aguafuerte, c. 1956. |
Moisés con la zarza ardiente. Dibujo/boceto a lápiz y tinta china, c. 1963. |
Moisés con la zarza ardiente. Dibujo/boceto a lápiz y tinta china, c. 1963. |
Estudio para Moisés con la zarza ardiente. Pastel, c. 1963. |
Estudio para Moisés con la zarza ardiente. Tinta china, c. 1963. |
Moisés con la zarza ardiente. Dibujo/ boceto a tinta china y pastel, c. 1963. |
Moisés con la zarza ardiente. Dibujo/boceto, gouache, tinta china y pastel, 1963. |
Moisés con la zarza ardiente. Pintura, gouache, tinta china y pastel, c. 1963. |
Moisés con la zarza ardiente. Dibujo/boceto a tinta china, pastel y lápiz, c. 1963. |
Moisés y la zarza ardiente. Litografía, 1966. |
Moisés con la zarza ardiente. Óleo sobre lienzo, 1966. |
Camino entre zarzas. Fotografía del libro G.C.Une écologie humaniste de Louisa Jones. |
La zarza como alegoría política, la zarza del génesis u otras referencias a los topónimos que se le asocian son algunos de los apartados que podemos encontrar en la sección dedicada a la misma de este muy recomendable “Herbari: viure amb les plantes”.
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