Hace unos días, mientras curioseaba la sección de paisajismo y jardinería
de una librería, me sorprendí gratamente al encontrar una guía inusual y de
la que no tenía referencias: La ciudad donde las piedras florecen. Guía
botánica de los muros históricos de Compostela, de José Antonio Díaz
Peromingo.
En una ciudad como Santiago de Compostela, donde la piedra parece brotar de
la tierra (curiosamente, como si de plantas se tratara), el autor de la guía nos
ofrece una visión diferente de sus muros, convirtiendo en protagonistas a las
plantas que nacen y crecen en sus fisuras.
El nombre de la guía rinde homenaje a Gabriel García Márquez, quien en un
artículo titulado “Viendo llover en Galicia” (El País 11/05/1983) escribió: “en
los muros intactos, la vegetación se abre paso por entre las grietas, en una
lucha implacable por sobrevivir al olvido, y uno se encuentra a cada paso, como
la cosa más natural del mundo, con el milagro de las piedras florecidas”.
Son en total 11 muros de monumentos relevantes y 50 especies vegetales
descubiertas a partir de las observaciones realizadas en los primeros cinco
días de cada mes, durante dos años. Para cada monumento, Díaz Peromingo nos muestra
la ubicación, datos históricos e indicación de la parte del muro analizada, además de las
especies que allí florecen. Para cada planta, la nomenclatura botánica, las características
y su localización. Así podemos descubrir que en los muros del Arco de Mazarelos,
por ejemplo, brotan Cymbalaria muralis,
Parietaria judaica, Trachelium caeruleum, Umbilicus rupestris o Urtica Urens, o que en el muro del
Hostal de los Reyes Católicos "encuentran
aposento" especies como Poa annua
o Sedum anglicum, entre otras. Finalmente,
un glosario de términos botánicos ayuda a comprender las descripciones de las
plantas.
Siempre he disfrutado de cómo se transforman los muros y suelos de esta ciudad cuando son bañados por la lluvia, inclusive cómo esos matices se
conjugan con el musgo de las paredes. Gozaba de ese conjunto como diluido
en un mismo plano, y es verdad que hasta ahora nunca me había preocupado por
diferenciar qué tipo de pequeñas especies eran las que entraban en juego en
esas combinaciones de la piedra y el agua.
Prometo recorrer esta ruta en breve (aunque sea sólo en parte) y colgar las
fotos de la vegetación que encuentre. Por el momento, yo he realizado mi
análisis particular en un pequeño muro de mi propia casa. A 30/05/2014 el resultado es : Digitalis purpurea (L.), Rubus ulmifolius (Schott) y Umbiculus rupestris (Salisb.) Dandy.
Os animo a observar las piedras y plantas de vuestro
entorno. Si os apetece enviarme fotografías, estaré encantada de publicarlas en este blog.